Wednesday, April 13, 2016
Me acuerdo de un festejo de Halloween en el colegio primario. Yo tenía seis años y mi mamá, sin entender del todo la consigna, me disfrazó de osito mientras que el resto de los alumnos fue con unos disfraces de monstruo o bruja, y un maquillaje casi artesanal, que daba miedo. Me acuerdo de que ese día se votó el mejor disfraz y yo saqué solo un voto, el de un compañero que se apiadó de mí. Se llamaba Joan.