Friday, May 23, 2008
Me acuerdo de una tarde en la que nos pasó a buscar en auto el papá de una amiga por el colegio para ir a la casa, pero ella a último momento propuso cambiar el plan y terminamos en los bosques de Palermo recolectando moras. El padre había llevado al perro y lo paseaba sonriente por el parque. Tenía puesta una campera beige —las manos adentro de los bolsillos. Nosotras corríamos de un lado al otro buscando árboles para después arrancar y comer las moras. Me acuerdo de que me sentía muy bien pero no podía evitar pensar que la situación era de lo más rara.