Saturday, April 5, 2008

Me acuerdo de un verano con mi familia en el que me agarró un ataque de nervios y arranqué el caño que sostenía las cortinas de mi cuarto. Era de noche y no había nadie en la casa. Me acuerdo de que cuando se me pasó la crisis, quise arreglar todo y me puse a ajustar los tornillos del caño con una pincita de depilar. Nunca nadie se enteró de lo sucedido.