Thursday, April 24, 2008
Me acuerdo de un pastillero dorado que tenía mi abuela, muy chiquito y con un dibujo de la Torre Eiffel en el centro. Me gustaba tanto que un día me lo terminó regalando. Durante un año, lo llevé todos los días al colegio. Lo guardaba en la mochila y adentro le ponía unas pastillas de naranja con forma de corazones.